Cuerpo(s).
La figuración
del sujeto de gusto
De la fisiología a la estética
En Brillat-Savarin puede encontrarse una raíz corporal de lo estético: sitúa al comensal y su condición física en relación con la comida como elemento protagonista de la experiencia gustatoria y es este giro por el cual la suya se considera la primera gran obra de gastronomía .
La práctica del comer como práctica estética puede comprenderse como el ejercicio que “busca e inventa, a tientas” el uso estético del cuerpo que ingiere. Dadas unas cualidades fisiológicas, es posible la exploración de sus posibilidades estéticas, las cuales, por otra parte, no dejan de ser una demostración de la capacidad reflexiva del ser humano en tanto que ingiere.
El uso de los cuerpos
Martha Rosler
Semiotics of the kitchen, 1975
La estética exclusiva
Frente a las determinaciones de los cuerpos que ingieren vinculadas a la supervivencia, la degustación celebra en nuestra tradición las articulaciones de orden social por las cuales se liberan las posibilidades del uso del cuerpo y se configuran sujetos capaces de degustar como acto social.
Una de las formas más antiguas de una ‘ingesta calificada’ es la de la comensalidad, la cual definiremos aquí como la formación de la comunidad a través del acto de comer.
La figuración para la comensalidad
Per-Olav Sørensen
Kampen om tungtvannet (Operación Telemark), 2015
Paolo Veronese
Las bodas de Caná, 1563
Sus cuerpos que ingieren son conductores de la idea de comensalidad, pero la imagen que alcanzan, la conformación de la masa del banquete como tal, ignora sus procesos en la figuración.
Nine Classics Paintings Revisited
Peter Greenaway
The Wedding at Cana,
a vision by Peter Greenaway 2009
Las propiedades del comer no siempre son inclusivas. La comida es también exclusión, clase, orden, estructura y deja sus restos.
Galder Gaztelo-Urrutia
El hoyo, 2019
Paco León
Arde Madrid, 2018
Ari Aster
Midsomar, 2019
Paul Thomas Anderson
El hilo invisible, 2017
Haans Haacke, 2000
Luis Buñuel
El fantasma de la libertad, 1974
A pesar de la inversión, entre comensalidad y “cagalidad”, las dinámicas de conformación de los sujetos burgueses se mantienen y la trama puede continuar. Los cuerpos pueden afirmarse y negarse, extenderse y censurarse de diferentes modos, como también demuestran las distintas aproximaciones culturales al acto de la ingesta y al banquete en sí. ¿Pueden los cuerpos que ingieren, en el acto de la ingesta, configurar estas ordenaciones por sí mismos y transmitirlas a los otros?
Rob Reiner
Cuenta conmigo, 1986
La figuración para la convivialidad
La utilización del neologismo 'convivialidad' no es, pues, fortuita, sino que hace del sujeto que degusta en el contexto burgués el heredero de una tradición gastronómica excelsa, ligada al lujo, que se remonta al menos hasta los banquetes romanos de época clásica (convivium) y sus antecedentes helenísticos (symposium).
elBulli
Charlie Chaplin
Tiempos modernos, 1936
Comer conocimiento, 2014
Es el punto de vista del fotógrafo, análogo al del chef, el que permite comprender la obra como un artefacto que crea a su espectador, a su comensal estético. Algunas disciplinas asumen este punto de vista: el del rey incorpóreo, una presencia absoluta en la objetividad del mundo que ordena ante sí.
Así, a pesar de que el moto es individualizar cada vez más la experiencia, la singularidad del comensal que propone esta visión de la sensibilidad no pasa de una sobreexcitación de la que el sujeto es víctima.
Eliot Erwitt
Diana, The Metropolitan Museum of Art, NY, 1949
El almuerzo de los remeros, 1880-1881
Auguste Renoir
El ajenjo, 1876
Edgar Degas
La bebedora de ajenjo moldea su cuerpo y su figura mediante el acto de beber; lo que nos interesa indagar es cómo esta figura puede recortar toda una escena propia, es decir, una significación desde su cuerpo.
Heinz Dunkhase
Dinner for one, 1963
La tensión figura-fondo
La figura del comensal funciona como máscara (origen etimológico de persona) y son propias de su esfera las palabras que determinan “la actividad de los hombres”. El señalamiento del animal –en tanto que ‘quitarse la máscara’– implica una atención a los hechos. Y el hecho, tanto para la comensalidad como para la convivialidad, es que la comensal tiene un reverso: el cuerpo que ingiere.
Jörgen Leth
Lars von Trier y Jörgen Leth
El humano perfecto, 1967
Las cinco condiciones, 2003
In ictu oculi, 2009
Alex Da Corte y Jörgen Leth
Slow graffiti, 2017
Daniela Ortiz
97 empleadas domésticas
Guiados constantemente por las figuras, nuestra mirada admite el recorte y es sólo gracias a la mirada de la artista y a los dispositivos de la exposición que llegamos a ver a estos cuerpos en la imagen. De la misma manera, si tenemos en cuenta a los comensales por su figura, jamás podremos ver la presencia rechazada en la figura que se recorta, porque su figura será precisamente la de recortarse.
El monstruo como desfiguración nos permite ver el límite de la figura: lo que ésta contiene, las tensiones que ejerce hacia dentro de sí, y lo que queda fuera y define al límite como tal.
Al dar de comer, según los usos y costumbres de los comensales humanos, a unos jabalíes la artista provoca un extrañamiento de las maneras de los primeros.
Greta Alfaro
In praise of the beast, 2009
La mirada del espectador, asentada en la impasibilidad de la cámara, asiste como intrusa al cambio de situación: los comensales han llegado, si bien nos son extrañamente familiares.
Greta Alfaro
Jordan Peele
Nosotros, 2019
El uso somaestético
El sujeto que degusta puede practicar un arte de comer usando su cuerpo, pero el cuerpo que ingiere no tiene una praxis per se: es una herramienta del sujeto. Es en este sentido que la somaestética es un uso: un uso del cuerpo para la experiencia estética. En definitiva, continúa con la tradición por la que nuestro cuerpo-que-ingiere es esclavo del sujeto-que-degusta que somos o queremos ser.
Óscar Guayabero
El azul de la carne, 2014
La función remite ya al uso: así que preguntarse por las funciones de forma del stilo es preguntarse por cuáles son las cualidades (como efecto) de la boca que se transmiten e infieren en su uso. Si el cuerpo hasta ahora era la materia que daba cuerpo a una figuración, desde esta lectura, es la figura la que se empapa de la fuerza de acción de la materia. Sin embargo, el medio en el que se dan estos encuentros es precisamente el uso. Es en el uso donde se ejerce la función de forma.
La boca como stilo
Julia de Luis
Ameixas bravas da pradella, 2019
La indistinción del gusto
Anna Maria Maiolino
Maria José Arjona
Camine despacio, 2018
Maria José Arjona
Línea de vida, 2011
Glu glu glu, 1967
Wilden Penfield
Homúnculo, 1928